La redacción de TNESQUINA se ve forzada a manifestarse en referencia a las acusaciones de dos o tres personas, al respecto de que este medio miente e inventa información para difamar. Este sitio quiere preguntar a este grupo de personas si realmente recorre la zona periférica de Esquina, ya que la ciudad no termina con el asfalto o entre las avenidas principales.
Este pequeño grupo de cobardes que critican a través de las redes sociales no ve los problemas estructurales que sufre la ciudad, por la falta de atención de la gestión. En muchas zonas hay reclamos por falta de iluminación, recolección insuficiente de residuos o caminos en pésimo estado y todos los reclamos que se publican a través del sitio Web o de la cuenta en la red social Facebook son verídicos y se corresponden con la realidad.
Antes de la publicación de cada artículo, se realizan las tareas de rigor periodístico correspondientes, chequeando cada reclamo. Lo mismo se hace con los aprietes que se denuncian por parte de trabajadores municipales, quienes se niegan a dar su nombre por temor a ser despedidos o hasta agredidos.
Un ejemplo es la agresión sufrida contra el remisero, por parte de punteros de la gestión comunal. Este hecho se publicó en TNEesquina, previa constatación de la denuncia policial existente, teniendo en cuenta que esta es la prueba más fiel, porque su falsedad incurre en un delito, por el que el denunciante podría pagar una condena fuerte.
En tiempos donde prolifera la venta de “pescado podrido”, como se llama en la jerga a la información falsa, TNEsquina ratifica la seriedad y el rigor periodístico con el que se trabaja en este medio. Los “defensores del poder de turno” deberían sacar las narices a la periferia y constatar la realidad de las denuncias vertidas en este medio y analizar las causas por las que cada vez más gente suma su confianza en este emprendimiento.
Cabe recordar que el director de este medio, Roberto Del Río, está denunciando constantemente los aprietes contra la libertad de expresión en Esquina, para hacer conocer los violentos hechos. Hay que recordar lo sufrido por el propietario de dos emisoras radiales para entender la virulencia de la campaña política local.